Jana

Jana era una finca que llevaban mis tíos y en la que disfruté mucho. Íbamos en carro hasta allí y ya el paseo en sí era una aventura para mí, una niña “de ciudad”. De allí recuerdo siempre la cantidad de matices de verde que había: la hierba, los manzanos, castaños, avellanos y nogales, los fresnos, los robles, los tréboles, el musgo, los helechos, las zarzas y las ortigas, el poleo… mil tonalidades de verde que se han quedado resumidos en 3 para esta colección.